Es difícil determinar con exactitud el número de senegaleses que viven en Buenos Aires, porque son muy pocos los que solicitan formalmente la residencia, y muchos menos los que logran regularizar su situación.
Uno podría encontrar un gran porcentaje de senegaleses vendiendo productos en las calles. En la ciudad de Buenos Aires la venta callejera no está penalizada pero sí lo esta la ocupación del espacio público. En el resto del mundo serían expulsados por legales. Para la mayoría de los Senegaleses, esta ciudad simboliza la promesa de prosperar económicamente. Son conscientes de que, como vendedores ambulantes, serán tratados muy a menudo como infractores. Para evitar la pobreza, se arriesgan igual y aceptan el mal mejor.
Los hombres de Senegal tienen derecho de tener hasta 4 mujeres, según establecido tanto por el Islam como la ley civil de su país. Para un hombre, el matrimonio múltiple es un símbolo de poder económico. La cultura patriarcal senegalesa marca muy bien la diferencia de los roles. La mujer asiste al hombre y el hombre protege y mantiene a la mujer.
Todos vienen a Argentina con el mismo deseo: vivir en libertad en un continente en el que sus antepasados fueron esclavos.